sábado, 27 de agosto de 2011

Día 21: Magnetic Island- Airlie Beach – 13/08/11

Amanece a las 6:00 y nos ponemos en pie dispuestos a empezar el día en Magnetic Island, cámara en mano bajamos hasta la playa de Horseshoe para ver como el sol aparece por detrás de una pequeña colina iluminando la playa.


Caminando por la arena vemos como se va despertando la vida a nuestro alrededor y no nos deja de sorprender la cantidad de vida salvaje que se puede ver dando un simple paseo por la playa.


Siguiendo un pequeño sendero en la arena nos adentramos un poco en el bosque que llega hasta la playa y pronto sorprendemos a un canguro que se asusta al vernos y se aleja saltando para perderse entre la maleza.



Seguimos andando por la arboleda y observando a los pájaros que revolotean entre las ramas, cuando nos damos cuenta estamos bastante lejos de la playa, así que decidimos acortar por un camino que suponemos sale a la carretera, pero finalmente llega a una pequeña estación eléctrica abandonada. Desde donde estamos se puede ver la playa, pero para llegar hay que bajar la colina y salvar un pequeño riachuelo que no parece fácil de cruzar, al asomarnos para comprobarlo un ruido entre las ramas nos pone en alerta, que por aquí nunca se sabe que te puede aparecer. 




Comprobamos que hemos asustado a un precioso Jabiru que estaba descansando en una pequeña charca, así que ha salido volando para decirnos adios con su precioso vuelo.


Tras nuestro encuentro con el Jabiru volvemos a la playa para desayunar y mientras desayunamos una pareja de loros se acurrucan en una rama. El desayuno con productos orgánicos, viendo la playa con sus palmeras es muy gratificante.


Después de desayunar decidimos ir a buscar al koala, ya que en la isla hay una colonia muy numerosa de este simpático animal que nos recuerda a un osito de peluche. Aunque tiene unas garras enormes que le sirven para sujetarse a los eucaliptos, donde vive. Como solo tenemos el día de hoy para visitar la isla preguntamos en la cafetería donde podemos ver a los koalas en libertad, la chica muy simpática nos indica que cerca de nuestro alojamiento hay un sendero que sube a un antiguo puesto defensivo que se utilizo en la segunda guerra mundial y que por esa zona se pueden ver koalas.

Así que tras preparar las maletas y dejarlas en la consigna del albergue, cargamos una botella de agua y  nos vamos a la búsqueda del famoso animalito, aunque ya se sabe que cuando buscas animales en libertad no siempre los encuentras.


El sendero se llama “The Forts Walk” y está a 1,5 Km. de Bungalow Bay Koala Village, y como el autobús pasa cada hora y acaba de pasar nos vamos andando y en unos veinte minutos estamos leyendo el panel informativo del sendero. El sendero es circular y a buen ritmo se puede hacer en una hora, pero como vamos buscando koalas y además es todo subida seguramente tardaremos más tiempo. Con la mirada fija en los árboles vamos subiendo poco a poco pero parece difícil encontrarlos, ya que hay muchos árboles y casi todos son eucaliptos pero de diferentes especies.


Así que, como no sabemos que arbolito prefiere tampoco podemos localizarlos. Por lo menos vamos disfrutando del paisaje de esta preciosa isla. Una vez arriba subimos al antiguo bunker para ver la panorámica de las calas de esta zona y después de refrescarnos un poco, continuamos la ruta bajando por el mismo camino.


Al bajar nos dimos cuenta de que algunos árboles estaban marcados con unas cintas rosas, y que la gente miraba sólo en estos árboles. Más tarde supimos que marcan los árboles donde se observan koalas y así es más fácil localizarlos.

Estos animales no se mueven mucho ya que gastan la mayor parte de su energía en digerir las hojas tóxicas del eucalipto y además han sido capaces de sobrevivir y adaptarse a este medio tan hostil, incluso disminuyendo el tamaño de su cerebro para poder ahorrar energía. Por esto tienen fama de ser un animal poco inteligente, aunque nosotros creemos que lo inteligente es sobrevivir. Así que si vemos una marca en un árbol es muy posible que el koala este cerca.

A pesar de esta nueva pista seguimos sin encontrar ninguno y cuando ya parece que nos iremos de la isla sin encontrar un koala, un simpático aussie nos dice que a la vuelta de la siguiente curva entre los árboles del fondo hay un koala durmiendo.




Rápidamente vamos a verlo y afortunadamente conseguimos localizarlo entre la maleza, inmóvil, durmiendo tranquilamente. Por fin lo vemos y ha valido la pena, es un animal precioso, como un osito de peluche. Nos quedamos un buen rato mirándolo hasta que empieza a venir gente y nos vamos.

Cuando llegamos a la carretera decidimos ir a la playa, pero como no tenemos vehiculo tenemos que ir a alguna cercana ya que son cerca de las 11:00 y no tenemos mucho tiempo, sólo un par de horas para poder volver en el ferry de las 15:00. Así que tomamos la carretera que baja justo a la izquierda del sendero, esta carretera llega a varias calas y una de ellas es Florence Bay, una de las mas bonitas de la isla, aunque nosotros nos quedamos en Arthur Bay, la primera que encontramos al bajar andando y con un sol de justicia la primera cuesta.

A esta cala se accede por un sendero que discurre atravesando un riachuelo, que se puede cruzar con facilidad al menos en esta época del año.


Después de andar 200 metros aproximadamente nos encontramos una preciosa cala de arena coralina y casi desierta.


Una playa semicircular flanqueada por enormes rocas y con los abetos casi llegando hasta la orilla. Aquí pasaremos las próximas dos horas, tomando el sol y dándonos un bañito, que tras la caminata del koala ya apetece.

    
Tras refrescarnos hacemos a pie el recorrido inverso hasta el albergue para recoger las maletas y coger el autobús que nos llevará al embarcadero para coger el ferry de vuelta a Townsville. Es una pena que solo tengamos un día para esta preciosa isla que realmente merece la pena. Para recorrerla entera calculamos que con tres días, alquilando algún tipo de vehículo se puede disfrutar de todos sus rincones y de sus maravillosas calas.

Subimos al ferry de las 3 de la tarde y en 25 minutos estamos en la terminal de Townsville recogiendo nuestro coche para continuar nuestra ruta hasta Airlie Beach, que será nuestro destino los próximos 3 días.

Sobre las 19:30 de la tarde llegamos a la pequeña población costera de Airlie Beach que nos servirá de base para explorar las cercanas islas Whitsundays. Localizamos nuestro alojamiento, el B&B Island View, que haciendo honor a su nombre tiene unas vistas preciosas sobre la bahía y las islas lejanas. Tras conocer a su dueña Karen e instalarnos en la habitación, nos acercamos a la calle principal de Airlie Beach para cenar y comprobamos que está llena de pubs y restaurantes muy ambientados. Tras una cena rápida nos retiramos a descansar, ya que el día ha sido muy completo e intenso.   

1 comentario:

  1. Mogliii, habéis econtrado a Mogli!!! :-) Que ilusión me ha hecho la fotos del koala, gracias!
    PD: ls primera foto también la quiero para el salvapantallas jaja

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