viernes, 12 de agosto de 2011

Día 14: P.N. Kakadu (Cooinda) – 06/08/11

Hoy a las 8:30 tenemos una cita con Helen, la Ranger que hace dos días nos dio la charla sobre los cocodrilos, y que hoy nos iba a dar un recorrido guiado por la zona de Mardugal. Puntual llego al punto de encuentro donde le esperábamos varias familias y nosotros. Tras las presentaciones nos pusimos en marcha para ver otro de los ecosistemas del parque, totalmente diferente a los que hasta ahora habíamos visto “los woodlands”. Este ecosistema se caracteriza por estar seco la mayor parte del año, excepto en el periodo de inundaciones y por mantener una densa capa arbórea. El circuito sigue el recorrido de la senda de Gun-gardun y mientras avanzamos nos va explicando los diferentes árboles y usos que los pueblos aborígenes hacen de ellos. También nos explica como los aborígenes interpretan las señales de la naturaleza y relacionan por ejemplo las floraciones de distintos árboles con la época más segura para quemar los campos o cuando el cocodrilo habrá realizado sus puestas y pueden recoger sus huevos.


Acabamos el recorrido sobre las 10:30 y volvemos al alojamiento. Aprovechamos para poner una lavadora en las instalaciones del complejo y escribir parte de este blog mientras que nos relajamos y nos preparan unas hamburguesas para comer. A la 13:00 estábamos listos para empezar lo que sería la excursión que más nos ha gustado hasta el momento “Animal Track Safari”. Esta consiste en un recorrido por la parte más interna del Parque acompañados por un guía australiano y por una guía aborigen que nos mostrará como los aborígenes han podido sobrevivir en este entorno durante siglos gracias a sus conocimientos de la naturaleza que han sido transmitidos de generación en generación.

Tras un pequeño recorrido en todoterreno hasta llegar a un rancho recogemos a Patsi que será nuestra guía aborigen y que aunque al principio se muestra un poco fría, debido al carácter aborigen, luego resultará ser muy simpática e incluso bromista. En el rancho además cargamos con provisiones (dos gansos, dos barramundis y un trozo de búfalo) para más tarde preparar la cena en un fuego de campamento.


En un pequeño billabong cercano Patsi recoge con una vara larga algunos nenúfares del agua y tras limpiarlos nos da a comer el tallo y las semillas. Nos cuentan que estos tallos también sirvieron en tiempos de guerra para respirar dentro del agua y esconderse del hombre blanco que llegaba a caballo con sus rifles.


La siguiente parada fue para enseñarnos como pescaban lanzando una red circular desde la orilla y tirando del cabo para cerrarla y sacarla del agua con la pesca. Lo gracioso fue que al lanzarla por segunda vez a Patsi se le escapó el cabo y la perdieron en el billabong. Ahí nos dimos cuenta del miedo que tienen a los cocodrilos porque ni Patsi ni Sean, el guía australiano, querían entrar a por ella aunque no cubría más que por encima de las rodillas. Al final consiguieron sacarla con varios troncos atados y todos pasamos un buen rato. 


La siguiente experiencia fue recogiendo almejas en un cauce seco donde nunca hubiéramos imaginado encontrarlas, pero Patsi iba una tras otra indicándonos dónde podíamos cavar para encontrarlas. Después continuamos el recorrido pasando por una zona donde pastaban algunos búfalos.


Después paramos en una zona con muchas palmeras de la variedad Pandanus, para recoger varias hojas. Éstas son utilizadas por las mujeres aborígenes para tejer cestas, bandejas y alfombras con ellas. Patsi nos muestra también algunas raíces de donde extraen pigmentos para teñir estas fibras de palmera y darles colorido a sus diseños.En esta zona recogimos todos algo de leña para poder preparar el fuego en la cena y luego Patsi nos concentro a todo el grupo (unas 15 personas) para mostrarnos como localizaba los nidos de la hormiga verde en los árboles y los recogía, luego dándoles unos golpecitos las machacaba y hacia una especie de bola que nos fue repartiendo a puñaditos a cada uno.  Nos explicó que ellos se las comen para tratar el dolor de cabeza y las migrañas. Los más valientes de la expedición pudieron comprobar su delicioso sabor ácido y cítrico a la vez, Juanan fue uno de ellos.


De aquí fuimos a una pradera donde crecían gramíneas y recogimos algunas semillas golpeando fuertemente trozos de lodo seco, luego Patsi las tostaría en el fuego como cacahuetes. En esta zona también recogimos paperburk de la corteza de un árbol (Eucaliptos Melaleuca). Esta corteza se lamina en finas hojas que parecen papel y los aborígenes las utilizan para envolver alimentos, cocinarlos y transportarlos.


Una vez recogido todo lo que necesitábamos para hacer la cena, nos dirigimos hasta la última parada, una gran laguna “wetlands” repleta de bandadas de aves migratorias que aprovechan estos humedales para descansar. Aquí montamos nuestro campamento con mesas y sillas y rápidamente Sean encendió el fuego y preparó te para todos. 


Mientras tanto Patsi consiguió voluntarios para desplumar los gansos salvajes y prepararlos para cocinarlos. Cuando estuvieron listas las brasas prepararon un agujero en el suelo (horno aborigen) y le pusieron dentro brasas y piedras calientes. Sobre estas dispusieron el pescado envuelto con hojas aromáticas y paperburk  y luego lo taparon todo con piedras calientes, brasas y tierra. 


De la misma forma prepararon el búfalo y los gansos mientras que nosotros disfrutábamos de una espectacular puesta de sol con miles de aves volando a nuestro alrededor mientras que la luz se agotaba.


Al anochecer la comida estaba lista y pudimos probar el delicioso pescado y la carne con un pan especial (damper) que también habían cocinado dentro del horno. Tras agotar las provisiones recogimos el campamento y emprendimos el camino de vuelta al Gagudgu Lodge no sin antes despedirnos de Patsi en su rancho con un fuerte Boh-Boh!! que significa adiós en su lengua.

Al llegar al hotel, sobre las 9 de la noche, nos despedimos del resto del grupo comentando que había sido una experiencia muy auténtica e inolvidable y nos dimos unas duchas rápidas para quitar el olor a hoguera y nos fuimos a dormir.

2 comentarios:

  1. Estoy verde de envidia :-)
    Me hubiera encantado disfrutar de una excursión así...y Patsi tiene pinta de ser todo un personaje, que graciosa!

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  2. Simplemente impresionante chicos!!!desde luego por la forma de contarlo haceis que lo vivamos como si estuvieramos ahi.que pasada!

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