martes, 23 de agosto de 2011

Día 20: Atherton Tablelands – Magnetic Island – 12/08/1

La mañana amaneció soleada y fresca y como nos despertamos muy temprano decidimos ir de nuevo a espiar al ornitorrinco en su hábitat para verlo a plena luz del día. Cuando llegamos al río no había nadie y conseguimos ver el último ornitorrinco de nuestro viaje porque estos animales son muy huidizos y durante el día se esconden.


Tras el paseo matutino por el sendero fluvial de Paterson Creek fuimos al albergue y recogimos las maletas antes de ir al pueblo a desayunar a uno de estos edificios coloniales de madera blanca que caracterizan a Yungaburra.


Tras el desayuno visitamos una fábrica-joyería de ópalo australiano, que es una piedra semipreciosa muy valorada a nivel mundial y que extraen en la región de Queensland y en el sur de Australia. Aquí su propietario, muy amablemente nos explicó como distinguir los ópalos auténticos de las piedras falsas que se vendían como souvenirs a precios disparatados por toda Australia.

Tras la visita y siguiendo las recomendaciones de Trace (la chica de On the Wallaby) que nos hizo un pequeño itinerario, visitamos el Lago Eacham que está muy cerca de Yungaburra y emprendimos ruta hacia el sur para llegar esta tarde a Townsville donde cogeremos el ferry a Magnetic Island.


La siguiente parada fue la zona volcánica de “The Crater” y las cascadas Dinner donde pudimos hacer una pequeña caminata para ver el cráter que formo una gran explosión de gas acumulado en el interior de la tierra. El agujero es impresionante y en el fondo hay un pequeño lago de color verde intenso.

Desde el mirador se aprecia bien lo profundo que es, aunque no es recomendable para personas con vértigo. Siguiendo el camino de vuelta sale un sendero a la izquierda que te baja hasta las base de las cataratas para luego ir subiendo por varios saltos de agua.


Unos kilómetros más adelante nos detuvimos en el mirador de Millaa Millaa donde pudimos obtener una panorámica estupenda de todo el valle.


Cerca del mirador está la pequeña población de Millaa Millaa donde tomamos el desvío hacia el circuito de las cascadas. Nosotros, solo vamos ha ver las primeras que por otra parte nos han dicho que son las mejores. A solo 5 Km del desvio llegamos al parking y bajamos las escaleras que acceden a la cascada de Millaa Millaa, una cortina de agua perfecta de unos seis metros de ancha y diez de caída con una piscina natural de agua cristalina que si no fuera por que el agua está tan fría nos hubiéramos bañado seguro.



Dejamos atrás la ruta de las cascadas y nos dirigimos hacia Mission Beach para comer y ver la playa que es muy bonita a pesar de haber sido arrasada por el ciclón Yasi en febrero. El paso del ciclón dejo una profunda huella en el bosque tropical y en las poblaciones de alrededor de Mission Beach, y aún podemos ver techos arrancados y gran cantidad de árboles tumbados por el aire. Una vez en Mission Beach, buscamos un restaurante en la playa para comer con la brisa del mar.



Después de comer y ver la playa nos pusimos en marcha, ya que aun nos quedaba unas tres horas de viaje hasta Townsville donde nos subiremos  al ferry para Magnetic Island.

Sobre las 18:30 llegamos a Townsville, la capital de Queensland, y también la ciudad más grande que nos hemos encontrado hasta el momento. Con algo de dificultad encontramos el embarcadero y después de dejar el coche en el aparcamiento de larga duración nos fuimos a comprar el billete para el ferry. En la sala de espera había bastante animación y pronto nos dimos cuenta que era viernes y había luna llena, y eso es sinónimo de fiesta adolescente en la playa, así que allí estábamos rodeados de chiquillos listos para pasárselo en grande. Menos mal que las playas donde se celebran las fiestas quedan lejos de donde nos alojamos nosotros, porque después de todo el día conduciendo lo último que queremos es una fiesta playera hasta el amanecer.

El ferry tarda solo 25 minutos en llegar a Magnetic Island y justo después estamos subidos al autobús que nos dejará en la bahía de Horseshoe tras 15 minutos de curvas, subidas y bajadas a toda velocidad por una carretera que a duras penas caben dos coches. Aunque el conductor parece bastante seguro de lo que hace, pienso que podría ir un poco más despacio, porque por aquí hay canguros que se pueden cruzar en la carretera. Llegamos sin problemas y nos registramos en el Bungalow Bay Koala Village YHA , aunque cuando llegamos recepción estaba cerrada y la música del bar a todo volumen, por lo que resultaba bastante difícil entendernos con los chicos del complejo. Al final conseguimos instalarnos y como ya era tarde pedimos una pizza y un par de cervezas y nos fuimos a dormir.

1 comentario:

  1. las cascadas, los lagos, la playa...increíbles! Parecen los escenarios de verano azul jajaja

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