viernes, 29 de julio de 2011

Día 5: Ubud – 28/07/11

Hoy nos hemos levantado temprano pero con la intención de descansar y disfrutar un poco de la casa donde nos alojamos que tiene rincones estupendos para disfrutar de un libro o simplemente descansar y darse un baño en la piscina. Durante este tiempo aprovechamos también para escribir alguna de las entradas de este blog.



Sobre la una de la mañana nos dirigimos al centro de Ubud para comer porque a las 4 teníamos reservada una sesión de masaje. Esta vez escogimos el restaurante Bebek Bengil, que significa “pato sucio” y es porque el plato típico que sirven es medio pato crujiente y la única forma de comérselo es con las manos.  Por supuesto, probamos el pato de la casa en sus dos versiones la normal y la extrapicante que Juanan aún está intentando digerir (jejeje), ambas estaban muy ricas. 

Tras la comida nos tomamos un café en una cafetería cercana y aprovechamos el wifi para consultar el correo y actualizar el blog y a las 4 de la tarde nos presentamos en el Zen Spa (Jl. Hanoman) donde Begoña nos había reservado una sesión de Mandi Lulur (150.000 rp, tratamiento especial de masaje con acupresión, un exfoliante, un tratamiento de hidratación con yogur seguido de un baño con flores). Salimos de allí muy relajados aunque para ser sinceros el sitio ha perdido bastante desde la última vez que estuvimos hace 7 años, pero como experiencia vale la pena.

Desde aquí bajamos por la calle Monkey Forest hasta el Palacio Real donde habíamos quedado con Begoña para asistir a una representación de danzas balinesas Legong, que es una de las tres danzas típicas de esta zona junto con las danzas Kekak (que las vimos la vez anterior) y las danzas Barong que no veremos esta vez. Cada una de las danzas se acompaña de una música e instrumentos especiales y muy característicos. En el caso de la danza Legong es un instrumento metálico de percusión llamado Gamelan.

Al llegar compramos las entradas (80.000 rp/per) y Begoña nos estaba esperando en el interior con Nilu, su hija de 6 años. Nos había reservado asientos en primera fila, por lo que fue un lujo poder ver toda la representación desde tan cerca.



Sobre las 9 de la noche terminó el espectáculo y nos fuimos a cenar al restaurante Café Lotus, es famoso por su comida y por un estanque lleno de lotos que le da un ambiente muy especial. Al terminar fuimos caminando hasta nuestro alojamiento unos 20 minutos para bajar la cena y nos fuimos a dormir. 


2 comentarios:

  1. Hola!! Veo que lo estais pasando muy bien!! esa piscinita privada esta muy chula!!jejeje y lo demás ya ni te cuento!! bueno pues que sepais a falta de presentar el proyecto en septiembre soy casi ingeniera!! he aprobado!!
    Un besote a los dos!! y pasadlo genial!! :)

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  2. como no, Juanan a remojo!
    Los trajes de las bailarinas son impresionantes!
    Por cierto, Felicidades Andrea!!!

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